Una de las técnicas de robo más habituales entre los delincuentes es forzar o entrar a través de una ventana abierta, también conocido como el “método del escalo”. Para hacer de tu negocio un espacio más seguro, las ventanas antirrobo son la opción más eficaz. Pero, ¿sabes realmente por qué?
¿Cuáles son las características de las ventanas antirrobo?
El nivel de seguridad de una ventana va más allá de unos buenos cristales blindados. De hecho, las técnicas de robos han avanzado tanto, que ladrones expertos podrían hacer añicos una ventana convencional en cuestión de segundos. Por esta razón, las ventanas antirrobo se caracterizan por su capacidad para proteger los negocios a través de toda su estructura.
De todos modos, la calidad de este tipo de ventanas se mide con base en dos elementos principales: los herrajes y el acristalamiento.
Herrajes
Los herrajes son los dispositivos que permiten el cierre y la apertura de la ventana. En el caso de una ventana antirrobo, estos deben estar protegidos mediante puntos de anclaje con los que se impiden los apalancamientos y acero endurecido para evitar el taladramiento. En función de estos elementos, los herrajes se clasifican de esta forma:
- Seguridad básica: ofrece 4 puntos de anclaje, y aunque es la más común, no ofrece seguridad real frente a un ataque exterior.
- CR1: los herrajes de este tipo tienen, al menos, 8 puntos de anclaje y cierres anti-apalancamiento. Ofrecen una protección intermedia.
- CR2: con al menos 16 puntos de anclaje, una manilla de seguridad con llave y cierres que impiden el apalancamiento y el taladramiento, es el herraje de mayor seguridad.
Acristalamiento
En el caso de las ventanas antirrobo, el grosor del vidrio es superior al convencional. Además, debido al espesor, limita la visibilidad del interior, ofrece mayor protección frente a los intrusos, evita los cambios bruscos de temperatura y aísla de los ruidos externos.
Debido a que el cristal es la parte más visible de la ventana, probablemente sea el primer elemento que ataquen los ladrones. En la actualidad, los vidrios de seguridad se clasifican en 4 niveles según las pruebas de impacto a las que se exponen: seguridad de uso, nivel de seguridad al combinar distintos parámetros, anti-agresión y anti-bala y explosión.
Clases de ventanas antirrobo según su resistencia
De acuerdo a la capacidad de resistencia, el lugar más adecuado para su instalación y sus características —como el tipo de herraje, el cristal utilizado, los refuerzos y el sistema de apertura—, las ventanas antirrobo se dividen en clase A, B y C.
- Nivel A: ideales para oficinas, son ventanas resistentes a la colisión de una bola de 4 kg de acero lanzada desde 10 metros de altura.
- Nivel B: son las más habituales para bancos, joyerías, galerías de arte e inmuebles que necesitan un extra de seguridad. Resisten el impacto de, al menos, 70 golpes de un hacha mecánica de 2,5 kg.
- Nivel C: las más adecuadas para espacios que requieren ventanas a prueba de balas. Es el mayor nivel de seguridad.
Este tipo de ventanas no necesitan mantenimiento y son compatibles con otros sistemas de seguridad, como alarmas, sensores perimetrales, detectores de presencia, rejas y cámaras. Sin duda, las ventanas antirrobo ofrecen una protección óptima ante posibles ataques a tu negocio.