La sociedad anónima es la figura jurídica más común para grandes capitales y proyectos de envergadura, convirtiéndose así en clave del desarrollo de la actividad empresarial española. Revisamos en qué consiste y cuáles son sus pros y contras.
¿Qué es una sociedad anónima?
La sociedad anónima es una forma jurídica de carácter mercantil y con fines de lucro en la que los miembros, llamados socios, tienen participación a través de acciones. En 2019 representaban cerca del 2% del total de empresas españolas, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo , y se rige por la Ley de Sociedades de Capital.
Ventajas de una sociedad anónima
- Responsabilidad limitada: Los socios solo responderán ante las obligaciones de la empresa con el mismo valor de las acciones que poseen, es decir, lo equivalente al capital que han aportado. Esto significa que no ponen en riesgo su patrimonio personal.
- Participación en la bolsa: Son la única forma de empresa española que puede cotizar en el mercado de valores y emitir acciones cuando lo necesitan. Estas acciones se negocian libremente, por lo que los socios tienen derecho a transmitirlas o venderlas y cualquiera puede comprarlas sin requerir aprobación de la junta directiva.
- Sin límites de miembros: Es posible crearla de forma unipersonal o que un solo miembro se haga con todas las acciones. Al mismo tiempo, no existe un máximo de integrantes que puedan participar en ella.
- Administración de terceros: Puede ser gestionada por personas ajenas a la sociedad. Esto resulta muy ventajoso para las grandes compañías, pues ofrece una perspectiva independiente que no responde a intereses individuales.
- Facilidades de acceso al crédito y financiación: Gozan de una imagen seria y sólida de cara a bancos e inversionistas, por lo que es común que obtengan mejores condiciones crediticias y mayor flexibilidad al negociar sus deudas.
- Independencia del fallecimiento o el abandono de socios: A diferencia de otras formas de asociación, en especial civiles, la SA puede continuar funcionando si un socio fallece o decide retirarse.
Desventajas de una sociedad anónima
- Capital social elevado: El capital mínimo para este tipo de sociedad es de 60.000 €, de los cuales deben depositarse al menos 15.000 € en el momento de su creación. Esto la deja al alcance de un número muy reducido de personas.
- Dificultad en la constitución: Los trámites y procedimientos legales y mercantiles suelen ser complejos. Casi siempre es necesario contar con asesoría profesional en temas de altas o aspectos jurídicos, pues los procesos requeridos pueden escapar al conocimiento de los socios.
- Poca flexibilidad: Es difícil hacer modificaciones en los estatutos o las condiciones de administración y cuando sucede deben reflejarse en los documentos del Registro Mercantil.
- Altas tasas impositivas: Son gravadas por el impuesto de sociedades que asciende a un 25% de las rentas obtenidas. Además, tanto los socios como los administradores deben estar dados de alta ante el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y tributar como autónomos.
Es necesario considerar las ventajas y desventajas de una sociedad anónima antes de poner en marcha esta forma de asociación. Si bien es cierto que tiene muchos beneficios y un gran potencial de crecimiento, también implica mayores responsabilidades tanto fiscales como legales. Después de esto, es importante evaluar bien cada situación, pues una SA no se adapta a cualquier tipo de iniciativa ni funciona igual para todos los casos.