Desde siempre, el fuego ha sido un elemento capaz de causar daños a gran escala tanto a personas como a sus bienes. En el caso de las empresas, si se produce un incendio, no solo habrá consecuencias materiales (estructura, equipos, mobiliario y demás elementos de valor), sino que repercutirá también a las personas que hacen vida en ellas y , verán afectado su trabajo.
Es por eso que los seguros de incendio son un instrumento clave, puesto que se responsabilizan de la indemnización en caso de que los activos se vean dañados por el fuego.
En nuestro país, el seguro de incendios no entra en la categoría de seguros obligatorios para las empresas. Sin embargo, de acuerdo con el artículo 8 de la Ley 2/1981 de Regulación del Mercado Hipotecario, existe una excepción para los bienes hipotecados, los cuales deben estar asegurados contra daños, incluidos los ocasionados por un incendio.
¿Cómo funciona un seguro de incendios?
El funcionamiento de un seguro de incendios es similar al de otras pólizas de siniestros, pero en este caso el objeto de cobertura es un bien material inmueble. Se hace una contratación por un importe específico que casi siempre se paga de forma anual y la protección no suele fijarse por montos, sino por elementos protegidos. Si ocurre un incendio, la aseguradora responderá por su alcance, según lo acordado en el momento de la firma.
Respecto al marco legal, los seguros de incendios se encuentran regulados en la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de Contrato de Seguro, también conocida como LCS, en la sección segunda, artículos del 46 al 49.
Figuras clave de una póliza de seguro de incendios
- Asegurado: persona o empresa protegida por la aseguradora frente a los daños del incendio, que casi siempre coincide con el dueño o inquilino principal del lugar.
- Asegurador: empresa sobre la que recae el riesgo de incendio y que debe indemnizar al asegurado en caso de que este suceda.
- Tomador: quien hace la contratación del seguro, paga su prima y demás costes derivados.
- Continente: bien inmueble que es objeto de la póliza.
- Contenido: bienes materiales que se encuentran dentro del continente durante la vigencia de la póliza. Pueden o no estar asegurados.
¿Cómo proceder en caso de incendio?
Si se presenta un incendio, y después de controlado el fuego y salvaguardar a las personas, es necesario que el recipiente del seguro lo comunique a la aseguradora tan pronto como le sea posible. En casi todos los casos, los bomberos realizan un informe pericial en el momento del siniestro con sus respectivas causas, además de un reporte de pérdidas. Es a partir de esto que la empresa de seguros tramitará la indemnización al beneficiario.
Ahora bien, si hubiera desacuerdos, es posible contratar un servicio de peritaje adicional para evaluar a fondo las circunstancias del incendio. La última instancia para resolver estas cuestiones son los tribunales, que pueden confirmar la naturaleza fortuita del evento y forzar el pago por daños, o bien desestimar los requerimientos del afectado.
¿Qué cubre un seguro de incendios?
La protección que ofrece un seguro de incendios varía de una compañía a otra. Su objetivo principal es mantener la tranquilidad de las personas en caso de un suceso como este, al asegurar que se verán compensadas por las pérdidas materiales que puedan sufrir. Sin embargo, hay que tener presente que, a la hora de pagar al asegurado influyen factores como el tipo de póliza, las circunstancias del siniestro y los bienes declarados.
Entre las coberturas más habituales podemos mencionar:
- Reparación y reconstrucción: Desembolsos para el levantamiento o restauración de la infraestructura cuando ha resultado total o parcialmente afectada por el fuego y se requiere de estas acciones para devolver el espacio a su estado inicial.
- Pertenencias: Los bienes que se han visto afectados por la expansión del fuego o sus consecuencias directas, como los derrumbes o el humo. Aquí es posible incluir objetos de valor, siempre y cuando se pueda acreditar su presencia en el momento del siniestro.
- Vivienda temporal: En el caso de que el inmueble afectado sea la vivienda principal, pueden cubrirse los costes de un alojamiento provisional mientras dure el proceso de restauración del lugar.
- Gastos asociados: Hablamos de transporte, desescombro, honorarios profesionales y otros gastos relacionados con las tareas para detener el fuego, evaluar los daños y/o restaurar el inmueble o las propiedades aseguradas.
- Lucro cesante: Algunas veces el incendio en una empresa supone un cese de sus actividades. De ser así, la aseguradora puede responder por los beneficios que el negocio deja de percibir durante el tiempo que pasa inoperante.
En cuanto a las excepciones de la indemnización, se encuentran las negligencias graves por parte del asegurado o de un tercero. Por supuesto, tampoco se cubren daños intencionados causados con fines de lucro, razón por la cual las aseguradoras evalúan muy bien la situación para dar con las causas del siniestro.
Contratación de un seguro de incendios
La póliza del seguro de incendios no suele contratarse de forma individual, sino como parte de un seguro multirriesgos. Este protege también frente a inundaciones, robos, desastres naturales o vandalismo, por mencionar algunos. También es posible añadir pólizas complementarias como la de Responsabilidad Civil (obligatoria para cierto tipo de empresas), servicios de bricolaje y jardinería o protección frente a daños ocasionados por terceros.
Consejos respecto a las pólizas de seguros de incendios
La contratación de un seguro de incendios, como de cualquier otro tipo, es un procedimiento importante que tiene implicaciones legales. Algunas recomendaciones para llevarlo a cabo son:
- Comparar las opciones de pólizas de al menos tres aseguradoras para tener una perspectiva más amplia de lo que ofrece el mercado. Hay que valorar tanto los precios como el nivel de cobertura y las condiciones específicas.
- Leer con detenimiento las cláusulas de la póliza, en especial aquellas relacionadas con la renovación y el reajuste de costes, los tiempos de respuesta en caso de incendio y el procedimiento que debe seguirse. Ante cualquier duda, lo mejor es aclararla con el corredor o la empresa aseguradora.
- Conservar en todo momento una copia certificada del contrato, con independencia de si se ha hecho de forma física o telemática.
- Revisar la trayectoria de la compañía aseguradora, sus políticas generales y su desempeño en el pasado. De ser posible, investigar su situación financiera para asegurarse de que sean solventes y tengan capacidad de respuesta.
- Hacer transacciones solo con corredores autorizados que se encuentren inscritos como tales en la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones o en la respectiva Comunidad Autónoma.
- En caso de siniestro, contar con asesoría del corredor o un profesional especializado para hacer las reclamaciones al seguro.
Los seguros de incendio son una opción que los empresarios deben tener en cuenta a la hora de proteger sus negocios. Aunque no son obligatorios, permiten preservar el valor del inmueble y los bienes en caso de que el fuego afecte el lugar. Esto es especialmente apropiado en sectores como el manufacturero o retail, en cuyas instalaciones suele haber grandes inventarios que están en constante rotación y distribución al público. En cualquier caso, el seguro supondrá una importante protección del patrimonio que, de otra forma, podría sufrir pérdidas irreparables.