No todos los negocios son viables a largo plazo y es por esto por lo que, en el momento en el que decides iniciar un nuevo proyecto de emprendimiento, es fundamental que empieces por el plan de viabilidad
Se trata de un documento que pone sobre la mesa las posibilidades de tu idea para saber si se puede llevar a cabo o no. En el caso de que así sea se podrá, después, comenzar a elaborar el plan de negocio pertinente.
¿Qué se valora en un plan de viabilidad?
Lo que se valora en un plan de viabilidad es si el negocio se puede ejecutar y será económicamente rentable. Pongamos un ejemplo. Durante la pandemia por el coronavirus, las empresas que fabricaban mascarillas y geles hidroalcohólicos tuvieron más trabajo que nunca, tanto que a veces no podían asumirlo. Nacieron así nuevas empresas en ese momento relacionadas con el sector, que sabían que tendrían unos ingresos notables durante un tiempo determinado. Y es que como vemos ahora, la demanda se ha reducido.
Por tanto, un plan de viabilidad no solo analiza si un negocio va a ser rentable, sino cuándo se obtendrán unos ingresos suficientes que permitan sostenerlo en el tiempo. En la actualidad, un plan de viabilidad para un cibercafé o un negocio que alquile películas en DVD, dado que son actividades cada vez más en desuso, no tendría éxito. Sin embargo, uno de lavanderías, tiene muchas más posibilidades. Este plan estudia, también, el contexto y las necesidades actuales que tiene la sociedad.
Pasos para realizar un plan de viabilidad
El primer paso para llevar a cabo un plan de estas características es comprobar que el negocio vaya a cubrir las necesidades de un público en concreto. Este debe resolver un problema para poder descubrir cuál es su valor y así definirlo de manera óptima. Un segundo paso es el de investigar cuántos competidores hay para ese modelo de negocio concreto y los riesgos que pueden existir.
Otros aspectos que se analizan en un plan de viabilidad son los recursos de los que se dispone para llevarlo a cabo y de la financiación necesaria para ponerlo en marcha. Además, conviene estimar cuánto será el tiempo de trabajo que hará falta para recuperar la inversión hecha en un comienzo. Una vez todo esto haya dado como resultado que el modelo de negocio es viable, es el momento de empezar a tomar decisiones.
Elaborar el plan de negocio
Cuando el plan de negocio es viable se debe empezar a pensar de qué manera optimizar el proyecto para hacerlo más eficaz y aumentar su rentabilidad. Otra decisión puede estar vinculada con descubrir nuevas oportunidades. Un ejemplo pueden ser las empresas de reparto a domicilio que ofrecen sus servicios a los restaurantes. Una forma de externalizar este tipo de trabajo que actualmente está en auge.
Antes de emprender un nuevo negocio, el plan de viabilidad es imprescindible. Así, se reducirá la tasa de fracaso y se tendrá un mapa definido de todo lo que se va a hacer para que la empresa tenga éxito. En ocasiones, el proyecto no podrá seguir adelante, pero en otras será posible replantearlo para darle un nuevo enfoque y que sí pueda ser rentable a largo plazo. Lo que si es seguro es que sin elaborar un plan, el riesgo que se asumirá será enorme.
