Cómo diseñar un plan de tesorería: ejemplo para entenderlo

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¿Alguna vez has diseñado un plan de tesorería para tu propia empresa? Con un ejemplo te resultará más sencillo. En algunas ocasiones, hay determinados conceptos que se confunden en torno a esta tarea, sin embargo, aprendiendo a diferenciar unos de otros y siguiendo ciertos pasos puede resultar relativamente sencillo diseñar esta acción. Por lo general, se trata de un proceso tedioso, pero que, bien llevado a cabo, se puede simplificar y resultar en una estrategia beneficiosa para la empresa.

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En el artículo de hoy te presentamos el paso a paso de un plan de tesorería, ejemplo, los factores clave y una explicación sobre los de estos conceptos que tienden a provocar confusiones. De momento, hay dos términos fundamentales en esta acción que puedes ir teniendo en cuenta, como son los pagos y los cobros que corresponden a tu negocio; no obstante, también hablaremos de ellos para disipar cualquier duda al respecto.

¿Qué factores influyen principalmente en un plan de tesorería?

A la hora de crear un plan de tesorería es importante tener en cuenta determinados aspectos que van a influir directamente en los resultados. En primer lugar, el sector del mercado de nuestro negocio determinará algunas cuestiones inamovibles con respecto a los cobros y los pagos. Las condiciones de pago están sujetas a los plazos, que resultarán más convenientes si se extienden en el tiempo.

Todo lo contrario sucede con los cobros, ya que cuanto más extensos sean los plazos, menos activos poseerá la empresa. Poniendo el foco en ambos procesos, es imprescindible analizar los balances entre ellos para cerciorarnos de que tenemos más ingresos que gastos e identificar con antelación los posibles problemas.

Diferencia entre gastos e ingresos y pagos y cobros

Existen conceptos que pueden crear confusión a la hora de desarrollar un plan de tesorería. Por ello, resulta fundamental aprender a diferenciarlos puede ayudarnos a entender mejor el proceso. Cuando hablamos de gastos e ingresos, estamos hablando respectivamente de la obligación y el derecho de pagar o cobrar una cuantía económica concreta. Mientras que, en el caso de pagos y cobros, nos estamos refiriendo a la entrega o la recepción del dinero ya realizadas.

El paso a paso de tu plan de tesorería; ejemplo práctico para entenderlo

El primer paso a la hora de crear el plan de tesorería de cualquier negocio consiste en la recopilación de información. Necesitamos tener en cuenta cuestiones que nos permitan analizar la situación económica actual y visualizar los cambios previsibles que puedan llegar en un futuro próximo.

Deudas, inversiones previstas, planes para la empresa que conlleven cobros y pagos o activos no corrientes -para conocer en qué momento podremos liquidarlos-, son algunos de los aspectos principales que debes conocer con anterioridad. A partir de aquí, veamos los dos pasos clave de tu plan de tesorería con ejemplos.

Previsión de cobros

En este caso hemos de tener en cuenta dos tipos de cobros, por un lado los recurrentes -correspondientes con la facturación de la empresa- y por otro los extraordinarios -como subvenciones, préstamos o créditos-. Al mismo tiempo, es importante prestar atención a dos cuestiones: la cuantía estimada y la fecha en la que se dará el cobro.

Por ejemplo, si en un mes se han facturado 15000 euros en total, debemos observar si vamos a recibir todo el importe al contado o si hemos ofrecido distintas condiciones de pago a los clientes. De este modo, podemos conocer qué cantidades recibiremos y en qué momento lo haremos, sin perder de vista los posibles cobros extraordinarios que tengamos previstos.

Planificación de pagos

Al igual que ocurre con los cobros, los pagos pueden ser recurrentes o puntuales y, del mismo modo, hemos de poner el foco en las cantidades a pagar y en la temporalidad establecida para ello. Sin embargo, en este caso existe una dificultad añadida, ya que la diversidad en los pagos suele resultar mucho mayor que en los cobros.

Así, podemos hablar de alquileres, salarios, facturas de suministros, proveedores o impuestos. Hay cuestiones que se liquidan mes a mes, mientras que otras son bimensuales, trimestrales o anuales, por eso es importante tener en mente las fechas en cada caso.

Prueba de ello sería una situación en la que tuviéramos que realizar, en un mes, un pago de 4.000 euros de salarios, 2.000 de alquileres y 4.000 de proveedores, además de la factura de la luz (esta última con carácter bimensual) de 1.200 euros. 

En este marco, resulta fundamental el desarrollo y la planificación de la cantidad y el momento de cada uno de estos gastos para diseñar un plan de tesorería perfecto.

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