¿Qué es la metodología Lean y por qué implantarla en tu negocio?

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¿Has oído hablar sobre las metodologías Lean? Se trata de un método de gestión del trabajo desarrollado en Japón en la década de los 80. A día de hoy ya se ha extendido a negocios de todo el planeta y no ha sido algo casual. No es cuestión de moda, si esta filosofía se ha convertido en un modelo de imitación para las grandes empresas de todo el mundo, es porque ha generado beneficios en los negocios donde se ha implantado.

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De hecho, uno de los aspectos más positivos de las metodologías Lean es que pueden implementarse prácticamente en todos los sectores productivos del mercado, entre los que probablemente se encuentra tu negocio. Por eso, hoy hemos decidido explicarte en qué consiste, cómo implementarlo en tu propia empresa y cuáles son las ventajas de desarrollarlo.

¿En qué consiste el método Lean?

La primera empresa que empleó la metodología Lean en su modelo de negocio fue Toyota, ya que su creador era un ingeniero y directivo de la marca. Lo que buscaba exactamente esta innovación era optimizar los procesos de producción para hacerlos más eficientes. De este modo, había que poner el foco en aquellos aspectos que hacían más lenta la fabricación en la compañía.

Taiichi Ohno, como se llamaba el creador del método Lean, reunió todos estos obstáculos en dos grupos. Por un lado, identificó los desperdicios y, por otro, las sobrecargas. En el primer segmento se englobó todo aquello que podía suponer una pérdida de tiempo en la productividad, mientras que con el segundo se refería a las tareas que generaban excedentes innecesarios en el proceso de producción.

Para entender mejor cuáles son los desperdicios y las sobrecargas, las metodologías Lean tratan de visualizar los procesos desde el punto de vista del cliente, ya que el objetivo final de esta filosofía eficiente reside en su satisfacción. En este sentido,  se identificaron 7 aspectos, entre desperdicios y sobre cargas, que obstruían la productividad de la empresa.

Los obstáculos para la productividad según las metodologías Lean

En primer lugar, se establecen los desperdicios que generan pérdidas de tiempo e impiden el desarrollo ágil de los procesos, donde podemos encontrar:

  • Las esperas entre procesos.
  • Desplazamientos y movimientos innecesarios de herramientas, personas y maquinarias.
  • El transporte ineficiente de materiales y de los propios productos.
  • Un almacenaje mal gestionado y sin el inventario adecuado.

Por otro lado, se hace necesario identificar las sobrecargas prescindibles de trabajo, entre las cuales se señalan las siguientes:

  • Cuando la producción de un trabajo conlleva más procesos de los que serían necesarios.
  • La corrección de tareas ante resultados erróneos.
  • La sobreproducción, en la que se generan más productos que los demandados por el cliente.

Cómo implementar las metodologías Lean en tu negocio

Uno de los aspectos clave a la hora de desarrollar la filosofía Lean en una empresa es la mejora continua. En los procesos productivos siempre pueden aparecer cuestiones o innovaciones que los optimicen. Por esto, prestar atención a ellos e ir adaptándose suele ser sinónimo de beneficios. Por otro lado, lo ideal es buscar el modo de producir lo necesario para cubrir la demanda, no generar sobreproducción y excesos de stock que ralenticen la producción.

Finalmente, resulta necesario observar la cadena de valor desde el prisma del cliente. ¿Qué es lo que espera de nosotros? ¿Cómo podemos ofrecérselo de un modo más eficiente? ¿Todos los procesos productivos aportan valor al resultado final? Las respuestas a estas preguntas pueden ser un impulso adecuado para implantar las metodologías Lean en tu negocio.

Pero, ¿qué ventajas aporta esta filosofía empresarial a tu negocio?

Cuando hablamos de hacer los procesos más eficientes, uno de los beneficios coyunturales que podemos extraer es el ahorro de costes. Si se reducen o eliminan aspectos prescindibles en una cadena de producción, la principal consecuencia suele ser el ahorro.

En otro orden de cosas, esta filosofía está pensada para reducir los tiempos en la producción, lo que se lleva a cabo a través de las tareas en equipo, entre otras cosas. Un modelo de trabajo que también propicia la disminución de riesgos y, como consecuencia fundamental de las metodologías Lean, la satisfacción del cliente final.

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