Hay una frase que se repite mucho en el entorno empresarial: “los empleados son el activo esencial de cualquier negocio”. Por esta razón, la formación del personal juega un papel importante en el éxito de las empresas, pues es sinónimo de cuidar, preparar y hacer crecer su recurso más valioso. Por ello, cada vez más compañías gestionan esta materia como una inversión que reporta beneficios a corto y largo plazo.
En este artículo repasamos en qué consiste la formación del personal, sus componentes principales y las ventajas que representa tanto para los trabajadores como para las empresas.
Ámbitos de actuación de la formación del personal
La formación del personal es un proceso en el que las empresas invierten tiempo, dinero y demás recursos para que sus empleados amplíen sus habilidades y mejoren su desempeño. Esto se traduce en una mayor eficiencia laboral que repercute positivamente en el negocio.
En este marco, la formación del personal debe estar alineada con los objetivos de cada compañía. De lo contrario, se corre el riesgo de ir a ciegas y hacer inversiones que no impacten en los resultados. En cualquier caso, hay tres áreas principales que atender:
- Adiestramiento: se refiere a la mejora de las destrezas con las que ya cuentan los empleados, de manera que puedan cumplir con sus funciones de forma más eficiente, acortando los tiempos.
- Capacitación: consiste en la enseñanza de nuevos conocimientos que amplíen el área de actuación del personal. Así podrán asumir responsabilidades más allá de sus cargos actuales y crecer profesionalmente dentro de la compañía.
- Crecimiento personal: hablamos del desarrollo de habilidades blandas como la comunicación asertiva, el liderazgo y la negociación. También, de aspectos como la ética laboral, códigos de conducta y demás preceptos deontológicos, todo lo que ayuda a que los trabajadores se relacionen de forma más efectiva.
Ventajas de la formación del personal
La formación del personal tiene ventajas tanto para los empleados como para las propias empresas. Veamos cuáles son a continuación:
- Crece la motivación entre los empleados al percibir que la empresa se preocupa por ellos e invierte en su crecimiento profesional para que mejoren sus habilidades.
- Los trabajadores disfrutan de un mejor ambiente laboral producto de la satisfacción por la formación y de las oportunidades de crecimiento.
- Las empresas se benefician de una mayor implicación y compromiso por parte del personal que serán más eficientes y productivos.
- La consolidación de la cultura empresarial debido a la formación de los empleados, mejora la percepción que los clientes tienen sobre la organización.
- Se produce un ahorro en los recursos y un aumento de los beneficios, puesto que las empresas notarán una mayor eficacia en el desarrollo de los procesos.
Actualmente, la formación del personal ya no solo genera un interés para mejorar la imagen de las empresas, sino que forma parte de la estrategia general de los negocios que entienden esto como una parte esencial de su afianzamiento, tanto en el mercado como en la sociedad. Además, la formación permite que los trabajadores estén mucho más cualificados para que el crecimiento de la organización sea exponencial.