Las falsas alarmas son indicadores equívocos de que algo está sucediendo en el interior del edificio o local. Puede provenir de un detector de incendios, un sensor de puertas o cualquier otro dispositivo de seguridad que esté instalado.
Un falso aviso de riesgo puede llegar a suponer un grave inconveniente tanto para la empresa como para los servicios de seguridad, y más todavía cuando se produce de manera recurrente. Veamos cuáles son las principales causas, sus consecuencias y cómo evitarlas.
Causas por las que se producen las falsas alarmas
Existen muchas posibles causas para que se produzca una falsa alarma.
Una de las más comunes en una empresa es una ventana abierta o mal cerrada. La entrada de algún insecto o la propia brisa del viento pueden activar el sistema de seguridad. Es por este motivo por lo que conviene cerciorarse, al terminar la jornada laboral, de que todas las puertas y ventanas se encuentran adecuadamente cerradas.
Otra causa frecuente que provoca falsas alarmas son conductas indebidas dentro de un negocio. Un ejemplo de ello es fumar en el interior y activar el sistema contra incendios. Asimismo, conviene no situar un detector de calor en aquellas zonas donde puede haber un incremento de temperatura, como por ejemplo una cocina.
Pero también hay otros motivos como puede tener que ver con la introducción errónea del código para entrar en la empresa o un corte de electricidad. En cualquier caso, el mantenimiento, una buena comunicación sobre los protocolos a toda la plantilla y una planificación adecuada en el cierre del negocio serán cruciales para que estos sistemas funcionen sin errores y se puedan prevenir estas situaciones.
¿Se pueden evitar las falsas alarmas?
Las recomendaciones expuestas permiten disminuir en gran medida la frecuencia de estas falsas alarmas. Pero hay que tener en cuenta que hay elementos que se escapan de nuestro control –como un corte de electricidad, por ejemplo–, frente a los que no podemos hacer nada. Por lo tanto, el objetivo es disminuir al máximo todos los factores que dependan de nosotros y, aunque pueda suponer un inconveniente, atajar la falsa alarma cuanto antes, entender su procedencia y plantearse que, al fin y al cabo, los sistemas de seguridad están activos y, como resultado, cumplen su función.
Sanciones por falsas alarmas
Tal y como se explica en la Orden INT/316/2011, cuando se dan más de dos falsas alarmas de una misma conexión en un periodo inferior a sesenta días, el propietario podría recibir una denuncia y la sanción correspondiente.
Por ello, desde el primer instante en el que se detecte una falsa alarma, conviene tomar las medidas oportunas para resolver la incidencia y evitar que esta vuelva a suceder. En caso contrario, puede haber una sanción económica debido a la perturbación de la tranquilidad de los habitantes de las viviendas cercanas, así como la interrupción del trabajo de la policía o bomberos cuando, realmente, la situación no requiere de sus servicios.