Régimen de estimación directa simplificada para autónomos

estimacion-directa-simplificada

En el momento de elegir el régimen con el que se desea tributar el IRPF, los autónomos cuentan con tres opciones establecidas en el reglamento de Hacienda: estimación directa simplificada, estimación directa normal y estimación objetiva o por módulos. La elección de uno u otro método depende del análisis de la actividad realizada y su ajuste con los parámetros establecidos. 

Guía gratuita: Cómo gestionar de forma eficiente una pyme Descargar ahora

Vamos a profundizar en los detalles del régimen de estimación directa simplificada y qué implicaciones tiene de cara a la tributación de los trabajadores por cuenta propia.

En qué consiste la estimación directa simplificada

Se trata de una modalidad de cálculo del rendimiento neto de las actividades económicas. Para hacerlo, se consideran las operaciones del trabajador con el fin de obtener un valor exacto de sus beneficios, a partir del cual se determinan los impuestos a pagar.

El régimen se caracteriza por facilitar las obligaciones contables, debido a que solo exige los libros de ventas e ingresos, compras y gastos y de bienes de inversión. Además, presenta algunas particularidades relacionadas con los gastos deducibles. 

Con respecto al abono fraccionado del IRPF, el importe se pagará cada tres meses y será del 20% del rendimiento neto obtenido.

Condiciones para optar por la estimación directa simplificada

Tal y como señala la Agencia Tributaria, los empresarios y profesionales autónomos pueden acogerse al régimen directo simplificado siempre que cumplan con los siguientes requisitos:

  • El valor neto de las actividades desarrolladas en el año anterior es menor a 600. 000 euros.
  • Ninguna de las actividades es aplicable o se encuentra en régimen de estimación por módulos.
  • Ninguna de las actividades se encuentra en régimen de estimación directa normal.
  • No se ha renunciado a aplicar la modalidad.

Cálculo del rendimiento neto

Para obtener los beneficios o pérdidas derivados de una actividad económica, la estimación directa simplificada parte de la normativa del Impuesto de Sociedades y asume que rendimientos = ingresos - gastos deducibles. 

Ingresos

Abarcan todo aquello que genera una entrada monetaria a la empresa. Entre las partidas podemos mencionar la venta de productos, prestación de servicios, subvenciones, comisiones recibidas e indemnizaciones, entre otros.

Gastos deducibles

Son todos aquellos egresos que cumplen con los requisitos establecidos por Hacienda y, por lo tanto, se pueden descontar. Entre ellos está la compra de mercancías, nómina del personal, seguridad social, suministros, alquileres y amortizaciones. En este punto, la modalidad añade algunas características fiscales propias: 

  1. El cálculo de amortizaciones es lineal y a través de una tabla simplificada especial.
  2. Se introduce el concepto de provisiones y gastos de difícil justificación, que deduce pagos que no están respaldados con facturas. El valor se obtiene al calcular el 5% del rendimiento y no puede superar los 2.000 euros anuales. 

Como su nombre indica, el régimen de estimación directa simplificada muestra una visión sintetizada de las obligaciones formales de tributación. Sin embargo, no todos los autónomos pueden decidir implementarlo, por lo que es importante conocer las características concretas de cada modalidad, para elegir la que resulte más conveniente en términos fiscales.

New call-to-action

Valora este artículo

Suscríbete a zona pyme