A una empresa patrimonial se la conoce por diferentes nombres: sociedad patrimonial, sociedad de tenencia de valores o entidad patrimonial. Es un concepto que suele generar dudas, ya que se dedica a la administración de un patrimonio, y no a realizar una actividad económica en sí.
Características de la empresa patrimonial
¿Cómo se identifican este tipo de empresas? Más de la mitad de sus activos no deben estar dedicados a una actividad mercantil. Así lo establece la Ley del Impuesto Sobre Sociedades.
Por este motivo, la sociedad patrimonial siempre puede dejar de serlo si esta proporción cambia en un momento dado. Hay que aclarar que no es un tipo de sociedad específica, puede tratarse de cualquier empresa cuyos activos cumplan el requisito.
Recordemos que el patrimonio de una empresa es el conjunto de bienes, derechos y obligaciones que constituyen los medios económicos para que una empresa funcione. Está compuesto por lo que se denomina como masas patrimoniales: activo, pasivo y patrimonio neto.
En cuanto al activo, se trata de un bien, un derecho o un recurso con el que la empresa prevé generar un beneficio futuro –puede o no ser un beneficio económico–. En contabilidad, se representa todo lo que tiene una empresa dividido en dos grandes grupos:
- Activo corriente. El que se puede convertir en efectivo en el plazo inferior a un año. Es, por ejemplo, el dinero en el banco, el stock o el pago pendiente de un cliente.
- Activo no corriente. Recoge todo lo que la empresa necesita para funcionar y cuya vida útil es superior a un año. Pueden ser los vehículos de transporte, los locales o las inversiones a largo plazo.
Tipos de empresas patrimoniales
Comúnmente, se distinguen dos tipos de sociedades patrimoniales:
- La sociedad patrimonial para tenencia de inmuebles: Posee una serie de inmuebles no destinados a su explotación. Los inmuebles se pueden alquilar, siempre y cuando no haya empleados que se dediquen a esa actividad.
- La sociedad patrimonial para tenencia de valores: Tiene una cartera de valores, pero dejará de ser patrimonial si los utiliza para gestionar las empresas participadas.
Ventajas de la empresa patrimonial
¿Por qué crear una empresa patrimonial? La principal razón son los potenciales beneficios fiscales asociados a esta figura. Estos dependen del volumen del capital de la empresa. En el caso de patrimonios reducidos, sigue siendo aconsejable una administración propia. Veamos algunas de las principales ventajas fiscales:
- Los ingresos asociados a las empresas patrimoniales sólo tributan en el Impuesto de Sociedades al tipo general del 25 %, en vez de a través de los parámetros del IRPF, que pueden alcanzar el 45% si los ingresos son elevados.
- Se evita el pago del Impuesto de Sociedades por los inmuebles improductivos. En cambio, a la persona física se le aplica el IRPF por la segunda vivienda y sucesivas.
- Los gastos que se originan en la empresa se deducen en el Impuesto de Sociedades.
- Permiten evitar el Impuesto sobre el patrimonio de los particulares.
- Al incorporar todo el patrimonio a la sociedad, se facilita el proceso de sucesión y de herencia.
- Además, las responsabilidades del patrimonio no afectan a sus bienes, ya que sus acreedores no pueden reclamar el patrimonio de la sociedad.
Las ventajas pueden ser muchas, pero para determinar si la creación de una empresa patrimonial es la opción más ventajosa para obtener beneficios tributarios, es aconsejable valorar y comparar todas las demás alternativas.