Cláusulas adicionales en el contrato de trabajo

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El contrato de trabajo es el acuerdo básico que regula una relación laboral. En él, una de las partes –el trabajador– se obliga a prestar una serie de servicios por cuenta ajena y la otra –la empresa–, a remunerar esos servicios con un salario.

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Dada la complejidad que muchas veces esta relación supone, las empresas cuentan con la posibilidad de añadir cláusulas adicionales al contrato de trabajo con el fin de adaptarlo a los requerimientos de cada puesto. Veamos en qué consisten estos pactos y cómo se regulan.

¿Qué son las cláusulas adicionales en un contrato de trabajo?

Un contrato de trabajo comprende unos contenidos básicos imprescindibles que, por ley, tienen que recoger aspectos relativos a las condiciones y relaciones entre empresa y trabajador: datos del empleado y la empresa, tipo de contrato, fecha de inicio, grupo profesional, puesto y funciones del trabajador, salario y remuneraciones, convenio colectivo de aplicación, entre otros.

Complementariamente a las básicas, el contrato puede incluir unas cláusulas adicionales, de obligado cumplimiento para las partes, que regulen expresamente puntos concretos de la relación laboral, siempre que respeten los derechos y las condiciones laborales exigibles legalmente.

¿Por qué añadir cláusulas adicionales a los contratos?

El hecho de incorporar cláusulas adicionales a los contratos laborales puede contribuir a:

  • Pactar obligaciones y derechos de ambas partes que, no estando recogidos entre los contenidos básicos del contrato, pudieran ser motivo de discrepancia.
  • Aclarar situaciones potencialmente ambiguas para cualquiera de las partes contratantes y puntualizar cuestiones concretas de las condiciones de trabajo, arrojando luz sobre aspectos que podrían resultar equívocos.
  • Establecer límites y prevenir comportamientos no deseados de cualquiera de las partes.
  • Evitar conflictos y demandas.
  • Mejorar el clima laboral y, en consecuencia, optimizar el funcionamiento de la empresa.

¿Cómo se regulan las cláusulas adicionales?

Las cláusulas básicas del contrato laboral, junto con el convenio colectivo de aplicación en cada caso, regulan básicamente las obligaciones, derechos y condiciones laborales para cada una de las partes. En todo aquello que no quede regulado, será de aplicación el Real Decreto Legislativo 2/2015 por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores. Al margen de esos pactos regulados por el propio contrato laboral, la negociación colectiva o el Estatuto de los Trabajadores, las partes contratantes de la relación laboral pueden establecer cláusulas adicionales y pactos. 

Algunos de esos pactos –como, el de no concurrencia y el de permanencia en la empresa– ya aparecen regulados expresamente en el Estatuto de los Trabajadores; pero pueden incluirse otros, siempre que no sean contrarios a las leyes y a los convenios colectivos, tal y como se recoge en el siguiente apartado.

Principales cláusulas adicionales

Algunos de los pactos que con mayor frecuencia se incluyen entre las cláusulas adicionales son:

1. Pacto de período de prueba

De acuerdo con lo que establece el artículo 14 del Estatuto de los Trabajadores (ET), se puede pactar un período de prueba, con los límites y requisitos establecidos en dicho texto legal.

2. Pacto de horas extraordinarias

Puede incluirse expresamente en el contrato de trabajo una cláusula adicional que incluya el pacto de obligatoriedad de realizar horas extraordinarias (cuya prestación es voluntaria) cuando el trabajador sea requerido para ello por el empresario, dentro del límite de 80 horas anuales establecido en el artículo 35.2 del ET.

3. Pacto de retribuciones variables por objetivos

El artículo 26.3 del ET establece que se pueden establecer complementos salariales por la situación y resultados de la empresa. Tales complementos salariales se calcularán conforme a los criterios que se acuerden y, por tanto, se puede establecer en el contrato un pacto expreso sobre la concreta forma de cálculo de los objetivos.

Es fundamental un contrato laboral bien regulado, que beneficie a ambas partes. Aunque probablemente no eliminará todos los posibles conflictos que puedan surgir a lo largo de la prestación laboral, reducirá la posibilidad de que ocurran. Para ello, es imprescindible que las cláusulas adicionales en el contrato de trabajo se adapten a las necesidades reales de la empresa.

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