Independientemente del tipo de industria, sector, público objetivo o alcance del negocio, todas las empresas requieren de capital. En este artículo nos adentraremos en este concepto, que constituye la columna vertebral del sistema económico en el que estamos inmersos.
¿Qué es el capital de una empresa?
Adam Smith, el célebre padre del capitalismo, definió el capital como la parte de las acciones del hombre que espera que le proporcionen ingresos. De acuerdo con la Real Academia Española, el capital es el conjunto de activos y bienes económicos destinados a producir mayor riqueza.
El concepto de capital está ligado directamente al de Capitalismo, ya que este sistema económico pone el foco en un aumento sostenido de la riqueza basado en la inversión del capital privado. Ahí cobra valor también el principio de propiedad privada, haciendo posible la existencia del capital.
Capital de deuda vs. Capital social
Desde un enfoque contable, para entender la noción de capital hay que remitirse a la ecuación patrimonial:
ACTIVO - PASIVO = PATRIMONIO NETO o CAPITAL
Donde el capital está constituido por las aportaciones hechas a la empresa por su dueño o sus socios, el activo son un conjunto de bienes o derechos y el pasivo el cúmulo de obligaciones o deudas.
Si lo desglosamos un nivel más resulta que:
ACTIVO - PASIVO = CAPITAL + INGRESOS - GASTOS
Una vez que la empresa comienza a operar, su patrimonio neto se constituye por “capital contribuido” y “capital ganado”. Ese “capital ganado” se forma por la diferencia entre sus ingresos y sus gastos. La ecuación anterior nos muestra que todo lo que la empresa tiene, menos todo lo que debe, es igual a su capital sumando sus ingresos y descontando sus gastos.
A la hora de constituir una empresa, los empresarios tienen, básicamente, dos maneras de financiación : capital social o deuda.
El capital de deuda, o también simplemente conocido como “deuda”, se compone de préstamos comerciales, tarjetas de crédito y otras líneas de crédito. La empresa recibe capital de una institución financiera mediante el compromiso de devolución, generalmente con intereses.
Por otro lado, el capital social implica la venta de acciones de la empresa a cambio de efectivo. Con capital social el propietario de la empresa vende la propiedad parcial de su empresa a un inversor. El propietario de la empresa genera efectivo para financiar sus operaciones y el inversor recibe acciones de la empresa, que pueden valer más en el futuro.
La diferencia básica, desde el punto de vista de un inversor, radica que en el primer caso estaría adquiriendo, por ejemplo, un instrumento de renta fija (como un bono), mientras que en el segundo, estaría comprando una acción de la empresa, por lo que se convierte en “copropietario”. En consecuencia, también comparte los “riesgos” de la compañía.
La estructura del capital de una empresa
La estructura del capital muestra como una compañía reparte sus activos. La relación entre la deuda y el capital social se expresa como el cociente del valor monetario de cada uno.
No hay una respuesta única para tomar una decisión respecto a la proporción idónea de deuda vs. capital. Depende del momento en el ciclo de vida de la empresa y de los costes de cada una de las alternativas. Por ejemplo, en el caso de asumir deuda, se mantiene la propiedad total de la empresa, de modo que no hay una pérdida de control ni una necesidad de mayor consenso para las decisiones. La desventaja es que se deben generar los suficientes ingresos para poder afrontar el pago de los intereses.
De acuerdo con una perspectiva teórica, el Weighted Average Cost of Capital (WACC) permite calcular el coste global de la estructura de capital de una empresa, considerando cada uno de los tipos de capital de manera proporcional (incluyendo acciones, bonos y otros instrumentos de financiación). Cuando el valor de WACC tiende a cero, estaríamos frente a la “estructura óptima de capital”.
La realidad es que las empresas suelen tener una visión estratégica que termina definiendo dicho ideal de acuerdo con las lecturas que realizan de las variables macroeconómicas del contexto.
En resumen, el capital es el efectivo y los activos utilizados por una empresa para financiar sus operaciones. Cómo se constituye dicho capital depende en primer término de la actividad económica de la empresa en particular y de la estrategia tomada por la dirección de la misma.
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